5 sencillos pasos para determinar su identidad corporativa (actualizado 2022)
Las marcas personales son como las elecciones de vestuario. Necesitas ser honesto en la atención que quieres captar, cuál es tu estilo natural y la historia que estás tratando de contar. Sin todo eso no podrás elegir ropa cómoda y definitivamente no tendrás una marca personal con la que puedan relacionarte. Será más probable que cuelgue en tu armario junto con el resto de tus chalecos y suéteres no queridos.
1. Determina tus objetivos.
Para mejorar tu presencia digital o impulsar más los negocios en línea, tendrás que empezar a generar mucha actividad en línea: publicar contenido, aumentar la presencia en las redes sociales, participar en iniciativas de relaciones públicas… y la lista continúa.
Con toda esa actividad digital, tiene sentido profundizar un poco más en la determinación de tus objetivos específicos. De lo contrario pierdes una gran oportunidad de utilizar esos esfuerzos en línea para apoyar lo que te gustaría ser dentro de dos, cinco o diez años. Recuerda que tener un buen aspecto en Internet es un medio para conseguir un fin y hay que fijar el fin antes de empezar.
2. Identifica tu propuesta de valor única.
Nunca empezarías a comercializar un negocio antes de haber determinado el producto y su valor único en el mercado. O podrías hacerlo, pero probablemente no funcionaría bien.
Las marcas personales funcionan de forma muy parecida. Antes de empezar un blog -incluso antes de enviar tu próximo tuit- querrás determinar tu propuesta de valor única.
Si tienes problemas para responder a estas preguntas, creo que es útil determinar primero por qué te apasiona lo que haces. A partir de ahí, podrás averiguar a qué público te gustaría ayudar más y cómo puedes hacerlo mejor que nadie.
3. Elabora tu arco argumental profesional.
La gente recuerda las historias. Piensa en alguien que realmente admires -un director general, una figura pública, un miembro de la familia- y pregúntate por qué lo admiras.
Determinar tu propio arco argumental será crucial para elaborar una narrativa de marca con la que tu público se identifique y recuerde. La narrativa de tu marca surgirá de forma natural si te haces las preguntas adecuadas: ¿Qué obstáculos he superado? ¿Qué objetivos deseables he alcanzado o estoy en proceso de alcanzar? ¿Cómo he cambiado para mejor?
Hablar de esto con otra persona puede ser muy útil para distanciarse un poco de la narrativa que ya tienes en tu propia cabeza. Si quieres probarlo por ti mismo, imagina que alguien en una entrevista te pregunta: “Cuéntame toda la historia: ¿cómo has llegado a donde estás hoy?”.
4. Establece la personalidad de tu personaje.
Tu personalidad es una parte esencial de lo que te hace ser tú mismo. Sin su perseverancia y pasión, J.K. Rowling seguiría siendo la autora de Harry Potter, pero no sería tan interesante ni memorable.
Cuando reflexiones sobre tus propios rasgos de personalidad, recuerda que las personas suelen describirse a sí mismas de forma algo diferente a como lo harían los demás. Y como “otros” serán los que se relacionen con tu marca personal en Internet, la percepción que tienen ellos es la más importante. Tu público nunca se equivoca.
No corras el riesgo de expresar una marca que no es auténtica o es ineficaz. Pide a tus amigos, familiares y colegas que elijan algunos adjetivos que utilizarían para describirte. Consolida esos adjetivos y elige los que más conecten contigo.
5. Redúzcalo a una declaración de marca.
Una vez que hayas reunido toda la información anterior, es el momento de reducirla a una declaración de marca. Sólo una o dos frases a las que te referirás internamente para mantener la coherencia de tu estrategia digital cuando empieces a relacionarte con tu público.
Una advertencia: puedes utilizar la misma información para elaborar una declaración de marca que sea increíblemente emocionante o dolorosamente aburrida.